#microrrelato El enano vagaba desorientado entre las dunas, al límite de sus fuerzas, cuando encontró al elfo del desierto a camello.
—¡Cerveza!—acertó a pedir el enano.
—Cerveza no, forastero, pero llevo rico hidromiel.
—¡No me rebajaré a eso!—gruñó el enano, y siguió andando.